Tomas aéreas entre las nubes…
Ayer, unas nubes bajas me llamaron desde el lado suizo, y con temperaturas cercanas al punto de congelación, soñaba con árboles helados y velos de niebla deslizándose – un momento perfecto para el dron. Sin rumbo claro, me dejé llevar hacia Suiza y acabé en la región de Appenzell, donde la Mavic bailó conmigo y capturó unas tomas aéreas mágicas.
El frío mordía, pero desde las alturas los árboles brillaban cubiertos de hielo, abrazados por nubes que se deslizaban como fantasmas sobre el paisaje. Un contraste entre aspereza y delicadeza, salvaje y pacífico a la vez, que atrapaba la mirada.
Este vuelo espontáneo fue un regalo – la naturaleza contó su historia envuelta en escarcha y niebla, una imagen que llega hasta lo más profundo del alma.