Ciudad de México – Un Viaje Fotográfico en el Tiempo sobre Ruedas
Ciudad de México – una ciudad salvaje y tierna, donde las calles susurran y los colores cantan como mariachis. En nuestro viaje por esta metrópoli vibrante, encontré un juego de luz y sombra, pasado y pulso, entre los barrios llenos de vida de Condesa, Roma Norte y el corazón alrededor de la Torre Latinoamericana. Con mi cámara en mano, cada paso se convirtió en un vaivén – un paseo por callejones que respiran historia, un momento de blog de viajes grabado en el alma. Aquí, donde lo viejo abraza lo nuevo, nacieron imágenes con desenfoque y momentos de profundidad.
Vida en las Calles y Juegos de Luz
Mi pasatiempo favorito fue explorar las calles con mi cámara – guiándome hacia los secretos de Condesa, donde los árboles abrazan los bulevares, y hacia Roma Norte, donde el arte y la vida van de la mano. El área alrededor de la Torre Latinoamericana brilla con un contraste de brillo moderno y alma antigua, un juego perfecto de luces que mi lente capturó. Buscaba colores – las fachadas luminosas, los parques verdes y frondosos, el oro del sol al atardecer – y encontré contrastes que me dejaron maravillado.
Un Viaje en el Tiempo sobre Ruedas
A lo largo de estos caminos, me encontré con autos antiguos, cuyo cromo y óxido reflejan el sonido de las calles viejas de México – Chevrolet Corvairs y VW Escarabajos rodando como cápsulas del tiempo por los callejones. Contaban historias de un pasado mexicano, un susurro de los 70 y 80 que flotaba en el aire. El diseño de las casas, con sus balcones curvos y fuentes juguetonas, intensificó esa sensación de viaje en el tiempo. Para mezclarme, tomé mi vieja cámara con un lente Minolta aún más antiguo – una herramienta que me sumergió en el bullicio de la calle, invisible pero profundamente conectado. Era como capturar los ecos de la ciudad.
Comida y Arte que Nutren el Alma
Pero Ciudad de México es más que imágenes. La comida aquí es una revelación – desde tacos picantes en puestos callejeros hasta platos de mole ricos en pequeños restaurantes. Cada bocado una aventura, un contraste de picor y dulzura que me inspiró. Y luego los artistas – en las tiendas estrechas de los barrios, esperaban ser descubiertos, con pinturas y artesanías que fusionan tradición con un toque moderno. Esta mezcla de gastronomía y arte hizo el viaje inolvidable, amada tanto por mi cámara como por mi corazón.
Un Blog de Viajes Lleno de Profundidad
Mis días en Ciudad de México fueron una aventura, oscilando entre el ajetreo y la calma. La fotografía se convirtió en mi brújula, las calles en mi lienzo. Cada clic de mi cámara con ese viejo lente fue un intento de atrapar lo invisible – el parpadeo de una sonrisa, el juego de luz sobre un auto antiguo, el calor de una artesanía. Este blog de viajes es más que una colección de imágenes; es un diario de mi alma, rebosante de los colores, sonidos y sabores de esta ciudad.











































