Sobre mí
Capturo la vida en imágenes – minimalista, como un susurro en medio del ruido, a menudo con desenfoque, que revela más de lo que la nitidez jamás podría. La cámara es mi brújula, el mundo mi espacio, y sin embargo, en cada momento busco lo invisible: eso que respira entre las líneas.
En los retratos bailo con las emociones – a veces fuerte, a veces suave, pero siempre real. No quiero máscaras, ni poses, sino personas tal como son: crudas, frágiles, fuertes. Una mirada que titubea, una sonrisa que se quiebra – eso es lo que queda cuando suena el disparo. La autenticidad es mi promesa, no una apariencia superficial.
En los paisajes persigo sentimientos que lleva el viento y conserva la piedra. La Islandia salvaje con su inmensidad desgarrada, el silencio que grita, la luz que se rompe en la sombra – lo capturo.
A veces desde el aire con el dron, que pinta nuevas perspectivas sobre estructuras, líneas y formas que me sorprenden incluso a mí mismo, otras veces desde el suelo, donde la tierra susurra y tiembla. También el rústico Tíbet, donde el polvo y el tiempo esculpen las montañas, o los colores de México, un estallido de rojo y oro que baila donde el sol arde. Espectáculo y silencio, altura y profundidad: mis imágenes contienen ambos sin decidirse por uno.
Soy tranquilo, pero no callado – una persona de familia que cobra vida en la naturaleza y pierde la noción del tiempo con los amigos. El mundo me llama, mi hogar me ancla. Entre el trago profundo de un espresso y el picante de las especias mexicanas late mi corazón – cerca de la tierra, con la mirada al cielo. La fotografía no es una profesión para mí, sino un diálogo – con ustedes, conmigo, con lo que fue y con lo que vendrá.