La ciudad de Trinidad – Patrimonio Mundial de la UNESCO
Nuestra anticipación por la ciudad Patrimonio Mundial de Trinidad era enorme, después de todo lo que habíamos visto y oído de amigos – un destino, salvaje y prometedor. Por eso planeamos quedarnos cuatro noches para explorar bien la ciudad y sus alrededores, un contraste entre expectativa y descubrimiento. Las coloridas calles de Trinidad ofrecían bellas escenas para fotografiar con gente y autos antiguos, ásperas y llenas de vida.
Del bullicio a la playa
Al amanecer recorrimos las calles alrededor de la Plaza Mayor, el Palacio Cantero, la Plaza Carillo y la Plaza de Santa Ana – pero tras unas horas, la alegría se desvaneció por las masas de turistas que inundaban el centro y ahogaban el verdadero ambiente. Agradecidos por tener coche de alquiler, por la tarde nos dirigimos a las hermosas playas de Playa Ancón y Playa María Aguilar, un espectáculo de calma y costa. Por la noche, cenamos deliciosamente en el restaurante 1514 junto a la Plaza Mayor – ¡una parada obligatoria para quienes visiten Trinidad!
Un momento histórico
Esa noche marcó la muerte de Fidel, seguida de nueve días de luto nacional – sin música, sin alcohol. Las calles de Trinidad vibraban solo esa noche con vida; después parecían desiertas, un baile entre fiesta y silencio. Más sobre esto en las próximas entradas del blog.