Lago glaciar Jökulsárlón
Después de visitar la playa negra, caminamos los pocos metros hasta el lago glaciar Jökulsárlón – un paso corto, salvaje y helado. No hicimos muchas fotos, ya que estábamos bastante congelados, y una sopa caliente del pequeño hornillo junto al lago resultaba más tentadora que seguir disparando con la cámara – un contraste entre frío y consuelo.
Un momento de descanso
La sopa humeante trajo calidez al paisaje, áspero y acogedor, un espectáculo de la naturaleza que preferimos disfrutar en lugar de capturar.