Otra cara de Santiago de Cuba
El primer día en Santiago de Cuba encontramos a Elliot, un guía genial que nos prometió mostrarnos los rincones no turísticos al día siguiente – un comienzo, salvaje y prometedor. Al amanecer, salí solo a recorrer las calles de Santiago, áspero y curioso, antes de continuar con Elliot después del desayuno, un contraste entre soledad y compañía.
Encuentros con historia y cultura
Primero visitamos a una señora de 94 años que creció justo al lado de Fidel Castro y aún vive en la misma casa – una charla sobre el pasado, acompañada de fotos de la última visita de Fidel en 2002, un espectáculo de historia y cercanía. Luego Elliot nos introdujo en la religión afro-cubana Santería, mostrando cómo se mezcla con el catolicismo – una danza de tradición y sincretismo. Recorremos distintos barrios hasta llegar a Chicharrones, el barrio más pobre y no precisamente el más seguro – fue impactante ver el estilo de vida de sus habitantes y conversar con algunos de ellos, un momento de autenticidad y desafío.
Atardecer con mojito
Al atardecer regresamos al centro y disfrutamos desde una azotea de uno o dos mojitos – un final lleno de relajación. Sin duda, una mirada auténtica y enriquecedora a la vida local. ¡Quien quiera vivir algo parecido, puede pedirme los datos de contacto de Elliot!